Te soñé, entre la obscuridad de la noche, con la lluvia deslizándose
por los recovecos de la casa soñé que me llamabas. Me levante lentamente de la
cama para seguir ese pequeño, pálido y casi imperceptible sonido de tu voz...,
tan lejano que no podía distinguir que decía... y de pronto simplemente se
detuvo...
Mientras observaba las gotas de agua por la ventana, un dolor me embargo de golpe, cual lanza
indestructible atravesó mi vientre, y fue tan real, fue tan vivido... que desperté...
Las lagrimas rodaron de inmediato cuando pude distinguír las
palabras como un relámpago mortal... "Adiós..."
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