jueves, 22 de agosto de 2013

La risa es la mejor medicina para el alma...


Amo la oscuridad, su silencio misterioso y la melancolía de sus espacios..., pero sé que no es bueno para mi salud. Aunque si lo piensas detenidamente,  que es bueno para la salud mental de un paciente con depresión y toques psicóticos esquizofrénicos?  La risa, según mi psiquiatra.

En cierta sesión grupal (porque han de saber que no solo en las pelis se dan) a la cual el doctor Yo todo lo sé y si no lo invento, irresponsablemente no asistió,  un suplente intentaba amenizar el momento sin mucho resultado,  y mientras cada quien pensaba en su cada cual, oyendo mas no escuchando a los demás, algo llamo mi atención..., en el rincón de la habitación,  él se reía sin parar, quien?  No lo averigüe jamás.

Cuando el doc. me observo tan entretenida y verdaderamente absorta de la conversación,  trono los dedos casi frente a mi rostro  -Despierte !! Los que se ríen solos, se vuelven locos-  yo, comencé a reír y le dije sin mayor empacho... " no me diga doctor, y que se supone que va a hacer,  enviarme a un manicomio?" 

Continúe, agudizando mi mirada, intentando descifrar la identidad del risueño... pues con todos esos antidepresivos tu percepción de las cosas es un poco engañosa, sabía que era real,  porque si bien escuchaba cierta voz que me animaba a pintarme rayas de vez en vez, no tenía un tono masculino o silueta alguna, y volviendo a los medicamentos,  no se supone que estos debían controlar ese tipo de síntomas?

Solo quería saber que era tan gracioso.  Acaso se estaría burlando de mi? O de alguno de mis compañeros de locura?

El suplente volteo hacia la esquina e hizo una anotación en su pequeña y algo ridícula libreta... cerró la sesión debido a  la poca atención que teníamos en la conversación y fui enviada de vuelta a la habitación.


Heyt Sr Cottoni, no sé quién era el que reía tan contagiosamente en aquella esquina, solo sé que me sentí mejor... aun cuando mis medicamentos fueron aumentados y jamás volví a escucharlo, me sentí mejor. Y pedí con todas mis fuerzas, algún día poder reír así, de la nada y por nada, por el simple hecho de sentirme mejor.

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