Observo detenidamente aquella rubia artificial... sujeta fuertemente la jeringa mientras intenta no verse nerviosa... pero con un ser tan voluble y ocasionalmente ogro... es un trabajo difícil... y agotador.
De nueva cuenta salimos a toda prisa de casa rumbo al edificio en el que con regularidad en estos tiempo me paseo... y mientras los batas blancas examinan la cruel solución para una mejor recuperación... le veo su rostro cansado y agobiado... y observo su herida... no física sino emocional, sangrando con mucho mayor intensidad...
Su mirada se cruza un instante con la mía... y mi sonrisa... falsa e hipócrita debo admitir... aparece instantáneamente como el flash de una cámara activándose casi por automático... y entre susurros lo distingo... "Sácame de aquí...", mi respuesta, rotunda y contundente... NO.
Ya camino a casa el llanto se hace presente... pero solo puedo decirle... resiste... que esto, apenas comienza.
Heyt Pattitou..., Uriel se está desmoronando..., por alguna extraña razón esto es mucho más complicado que con la Mama mía..., por alguna extraña razón para mí es muy difícil verme como de costumbre... imperturbable, por alguna extraña razón mi ansiedad hacia la Cuñis Griselda crece... la veo como una mujer fuerte sin duda alguna... aunque así tiene que serlo... si realmente lo ama...
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